sábado, 25 de mayo de 2013

LOS MISTERIOSOS FAKIRES

Desde tiempos remotos y hasta
nuestros días, extraños hombres de ciertos países orientales se someten a
durísimas pruebas que les permiten soportar el sufrimiento físico. Algunos lo
hacen para salvar su alma; otros, sólo por dinero.Desde tiempos remotos y hasta
nuestros días, extraños hombres de ciertos países orientales se someten a
durísimas pruebas que les permiten soportar el sufrimiento físico. Algunos lo Desde tiempos remotos y hasta
nuestros días, extraños hombres de ciertos países orientales se someten a
durísimas pruebas que les permiten soportar el sufrimiento físico. Algunos lo
hacen para salvar su alma; otros, sólo por dinero.


El término fakir proviene del árabe y, en esta
lengua, quiere decir "pobre" o "mendigo", aunque el significado de la palabra va
más allá de la pobreza material, aludiendo a un sentido más profundo,
espiritual, y señalando a los religiosos mendicantes mahometanos y a los ascetas
indios que viven de la caridad ajena. Estos mendicantes y ascetas, se someten a
prácticas muy rigurosas, penitencias extremadamente difíciles de soportar.
En
un pasado muy remoto, la práctica del fakirismo era un medio de elevación y
salvación que originalmente se transmitía de padres a hijos. Para propagarlo, en
la India se crearon numerosas escuelas de fakires, en las cuales los alumnos
aprendían a desarrollar un magnífico autocontrol que, mediante técnicas
psíquicas y de relajación profunda, les permitía soportar el dolor físico,
permanecer enterrados vivos o encerrarse en pequeñas urnas escasas de oxígeno,
sin que ésto les causara la muerte.

EL FAKIRISMO
HOY


Con el tiempo, la práctica de las técnicas de los
fakires -originalmente concebida para la liberación espiritual- se convirtió en
un medio de vida, tanto en Egipto como en la India u otros países de Asia. Es
por ello que, actualmente, en los mercados y otros sitios públicos, se
encuentran fakires que exhiben parte del cuerpo sangrante atravesado por
punzones, o sus manos picadas por escorpiones que no les hacen daño alguno,
mientras otros aseguran que "levitan", al representar un número en el cual se
elevan en el aire con el cuerpo cubierto por un lienzo que oculta el truco
empleado para la levitación. Se trata, en este caso, de escenas atractivas para
los turistas que, por supuesto, reportan dinero. En cambio, los yoguis o
penitentes que hoy se entrenan para soportar el sufrimiento, en su mayoría no lo
hacen a cambio de dinero, sino para purgar sus culpas. Aunque hoy haya quienes
sigan haciéndolo, en la India, todos los maestros censuraron algunas de las
técnicas, por considerarlas demasiado duras. En efecto, hubo penitentes que
quedaron ciegos por someterse a la contemplación sin pausa del sol, y otros que
atrofiaron parte de su cuerpo, por dejarla en determinada posición
indefinidamente. Sin embargo, hay quienes continúan sometiéndose a terribles
mortificaciones. La fe en algunos casos, las monedas u obsequios en otros, son
los móviles de su voluntario sufrimiento.






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